lunes, 22 de julio de 2013

Ninguna curva perfecta en la que matarse.

                 Hace sol, y no solo lluvia. No hay nada que mas pique en el cuerpo que la resaca de tumbarse en el césped mojado. Y los labios secos, de no usarlos…
                ¿Dónde quedaron las cartas de amor perfumadas? ¿Y las noches locas? ¿Y las balconadas? ¿La furia, y la ira, desatadas? …
                Vivir sin límites, los lunes desnudos al sol, y los viernes jugando en tu habitación, que es mi playa. Cantar cuando la luz salga, y seguir con la canción hasta que la luna muestre su cara. Solo se contar hasta seis, y son las cuerdas de mi guitarra. Echarle el lazo a mi ego, y subir colgado de él hasta el cielo. Y allí dormir en una nube, o en dos. Dicen que el amor mata, pero todavía no he visto que alguien lo comercialice. Porque es curioso que, todo lo que mata, se vende.
                Los sabios no son más que ciegos, que ven su oscuridad y no la tuya. Bizcos, que donde tú ves un “pero” ellos ven un “por qué”. Mancos, que le echan el pulso a la vida siempre con la misma mano. Cojos que andan siempre de puntillas. Maniquís, que ven la vida pasar…

                A dónde queremos llegar si todavía no hemos embarcado. Dicen que el amor mata, pero lo que no mata engorda, y comerte sería un pecado. 

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