Predicamos el amor con la melancolía que se merece. Directores del Blog: Alejandro Pérez Marcos (@biggeralex) Pablo Esteban Keogh (@Pablo_Keogh23) y Luisja Naya(@luisja_naya) "Solo encuentra quien busca, y en este mundo estamos para encontrarnos" Alejandro Pérez. "Cuando las tinieblas del odio se ciernen, tratamos de elevar el Sol y hacerlo brillar con la Palabra, pues como decía el poeta: Cuando nos quiten todo, siempre nos quedará la palabra" Pablo E Keogh
miércoles, 30 de enero de 2013
¿Y me preguntas mi nombre sin saber como me llamo?
¿Sinceramente? que me lo digan los felices. Soñar, sonreír, ser fiel a unas ideas, obedecer, que te obedezcan, dar y recibir ejemplo… metemos todo en una coctelera, y al volcarla sobre la copa de balón en la que vivimos sale una bebida espirituosa, pum!: la felicidad.
Pues debe ser que el día que sirvieron esa copa en el bar yo estaba en el baño, o era la hora feliz y se acabó rápidamente o simplemente me la sirvieron en un vaso de chupito, lo que llevó a que la mitad de la felicidad quedara encima de la barra, volviéndose viscosa más tarde, otro cuarto se derramara por mi barbilla muriendo en el cuello de mi camisa y entrando solo un cuarto de felicidad en mi interior. Penoso ¿verdad?
Por que la felicidad no la venden, no; ni viene con galletas de la suerte ni con la lotería. Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, aunque yo creo que es la tormenta la que llega después de la calma, porque yo estaba nadando tranquilamente en liquido amniótico cuando empezaron a darme palmaditas en el culo y a hacerme llorar, y así ha sido toda mi vida hasta hoy. Básicamente los días eran salir del líquido amniótico para que te dieran por culo en el trabajo el trabajo o donde sea y acabar el día llorando.
Parece trágico, melodramático, exagerado; terminal, claustrofóbico e incluso antisocial. La risa no da la felicidad, si no que la felicidad da la risa, pero, muchas veces, reímos sin ser felices.
Entonces, ¿qué es para mí ser feliz? Pues ser feliz es haber empezado los tres últimos tres párrafos con “p” sin que nadie se haya dado cuenta. Ser feliz es escuchar una canción y saber en qué puto instante van a saltar tus padres con el “baja el volumen, ¿estás loco o qué?”; Feliz es poner punto y coma cuando yo quiera, como antes de la “F”. Y ser feliz es vivir en mi mundo, pero no le queda mucho tiempo de vida a la infancia.
martes, 22 de enero de 2013
Camille y el Almuerzo de Remeros
- Bon Jour Madáme Camille. Comment êtes-vous?
- Bon Jour Pierre. Bon, et vous?
lunes, 21 de enero de 2013
A todo escritor se le ve la pluma
Son de sones por los balcones,
de la herida quen caballero hiriese,
fuerese, con aire de grandeza, de amores
y hasta quel último trago bebiese
no dejara pie con cabeza,
viviendo en un mundo de lujuria
oliendo, noche y día, a cerveza,
y duerma en la cárcel sin penuria.
¿Dónde quedaron los besos escarlatos, bellezones?;
¿las ganas de quel corazón no muriese?
¿La vida pasar, a trompicones?
Robándole el tiempo a los relojes.
De blasfemias a mi nombre, vivo.
De puñaladas a mi espalda, muero.
Nací subido a unos, de mentira, zancos,
de los que, con el tiempo, me voy cayendo.
sábado, 12 de enero de 2013
Greguerías para Amelie.
tus caderas mis montañas.
Dos lunas en tu rostro,
y un sol al final de tu espalda.
Un bocado de adán bajo el ombligo,
dos jupiters bajo tu papada,
una sonrisa, un objetivo cumplido,
y tus ojos cerrados, cada batalla.
viernes, 4 de enero de 2013
Puntos, comas y otras putadas de la vida.
Pedir mucho suele venir mal recompensado, pero siendo víspera de Reyes, y con lo bien que estoy; creo que no voy a pedir nada mas que:
" Queridos Reyes Magos. Este año no se quién he sido, pero solo busco alguien que sea como yo, o que me haga querer parecerme a ella.
Atte: Un Poeta de Bolsillo. "
martes, 1 de enero de 2013
Parpadeo
La nube de desconcierto que aun se cernía en su mente ofuscaba cualquier pensamiento racional. Sostenía el teléfono en las manos. Un oficial desde el otro lado de la línea tras preguntar dos veces colgó. La primera lágrima, aquella que desvelaba que lo que pasaba era real, asomó en una cara magullada ya por los años. Se llevó una mano a su canosa cabeza. De nuevo la vida le devolvía aquella dolorosa realidad sobre la que tanto había escrito, y sobre la que tantos sueños se resbalaban. Aquella que le había enseñado a vivir cada instante como si fuera el último. Y ahora ahí estaba. Luz nunca más volvería a casa. Un accidente de coche, lo que el hombre crea, al hombre destruye. Mientras tanto el mar que manaba de sus ojos celestes goteaba en el suelo de la sala de estar. Se desahogó ahí mismo. Aun siendo anciano le quedaban fuerzas para apretar los puños hasta hacerse daño. No podía asimilar la realidad de quedarse solo. No quería. No estaba seguro de tener la fuerza de voluntad necesaria para seguir adelante. Sollozaba. Luz no le volvería a hablar, no volvería a sonreirle, no volvería a recibir una simple muestra de cariño de esa piel. Pasaron dos horas. La realidad y la conciencia pusieron las cosas en su sitio. Se levantó tres veces hasta que sus piernas quisieron obedecerle. Poco a poco experimentó la peor sensación del mundo, al mirar cada rincón de la casa por donde pasaba, y recordar en un segundo mil instantes. Se quedó quieto en el pasillo, sin saber si avanzar o volver a su sillón, se decidió a mirar al frente y terminar lo que había empezado; todo le costaba más. Las lágrimas volvían a nublarle la vista, hasta el punto en el que el cerrojo de su puerta era un único dorado borroso. Según abría se secó los ojos. Cedió a su desesperación al verla. Cayó cuan largo era. El teléfono rodó por debajo de la cama de su matrimonio.