miércoles, 17 de octubre de 2012

Dictadura de vida

"Mi gasolina son los libros, mi carrocería su tapa, mi matrícula su título y mi logo su portada"
                       Inspírate, vuela, respira, sonrie, llora, siente, razona, odia, ama y desespera. Haz aquello que te haga sentir bien, que te haga sentir persona, haz aquello que te guste, haz aquello que te llene, hazlo sin que nadie te lo impida y sobre todo sin importar el resto. Explota de odio, húndete en miseria, vuela de alegría, huye de rabia, golpea de enfado, brilla de euforia, arde de celos y calienta de amor. Con ésto te aseguro una vida sufrida.

martes, 16 de octubre de 2012

"PARÍS ERA UNA FIESTA"



Mil cien días con alcohol; 
la sangre al galope por las venas;
el último trago, para ahogar las penas.
y el penúltimo para aliviar el dolor.

Mil cien días en la habitación; 
ya contábamos la copa novena;
los pares se convirtieron en docenas, 
y ya no se oía aquella canción. 

Mil cien horas de besarte en el cuello,
de mirar por la ventana una tarde de estas
y de no dejar de hacer aquello.

Mil cien abrazos, tímidos, en la siesta,
todos estábamos locos por el destello...
 ...y París era una fiesta. 


domingo, 14 de octubre de 2012

Canción al des-hoy.

Triunfan, hoy, los versos desordenado; Las palabras mal dichas; el mirar sucio, sin aventuras ni desdichas.

Triunfan, hoy, la gente a la que no amamos;y, a los que siempre nos querían, los dejamos abandonados.

Triunfan, hoy, el desamor y la desgana; El: hoy no me apetece salir de la cama; el llorar por la noche y sonreír por la mañana.

Triunfan. Todos los que quieren triunfan. Todos los que pierden, lloran. Y, todos los que escriben, sufren.

Alejandro Pérez.

sábado, 13 de octubre de 2012

I movimiento: Lo de fuera.

Llorando se fue y nunca mas la vi volver. Se llamaba Elena y era real. Guapa. Lista y de mi estilo. Era perfecta, de otro mundo, de otra era. Era la mujer que me hizo ser un hombre.

Los celos y amores del que ayer rumoreaba y mata nos mató a los dos. Las lenguas ajenas y el agobio interno. El querer desmesurado en épocas de no querer. El amor a dos bandas: la mía y suya y la nuestra y de ellos.
En cada rosa roja la veía reflejada. En cada cristal transparente, sonrojada. Y, en cada acera, gotas que contaban nuestra historia.

Su pelo naranja rizado seguía durmiendo en mi cama aquella noche, cuando llamaron desde aquel número privado. Cuando, en una fracción de segundo, su cara pasó de ser una flor a un cuadro. La mueca de su cara se tornó y las mejillas se transformaron en cauces de lágrimas. El demonio estaba al otro lado del audífono, y quiso llevarse con él lo que yo mas quería, a ella.
Alejandro Pérez Marcos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Ella acabó conmigo

De nuestro amor apenas queda nada. Todos los recuerdos se pasaron como lágrimas en la lluvia. Una lluvia constante que me aturde terriblemente, una tormenta que inunda las calles y me hunde en el horrible fango del desamor. Me arrastro por las calles reptando cual serpiente mientras piso las lágrimas de los recuerdos, que un día fueron buenos. Toda la remembranza es triste. Sólo recuerdo los malos momentos. Las peleas, los gritos, las discusiones.

Aunque no quiera admitirlo, te echo de menos. No te hablo, ni te lo demuestro, pero te sigo amando profundamente. Todos aquellos recuerdos me asaltan una y otra vez. Me tumbo en la cama y miro al techo. En él estás tú. Tu precioso pelo largo, tu pelo moreno oscuro, tus ojos claros como la verdad. Tu hermoso cuerpo enfundado en mi camisa blanca. Tu rostro perfecto. Todas tus fotos son como puñaladas en en mi corazón. Un corazón herido que apenas bombea sin ti.

Pablo Esteban Keogh

lunes, 1 de octubre de 2012

Pasado en presente

Yo he sido de esos a los que les ha atravesado un hielo el pecho y han explotado sus venas de presion rabia y dolor. De esos que cuentan en anécdotas sus dias y que saben ocultarse al enemigo, de esos que saben diferenciar una broma de una indirecta y que sabe que no se juega con los sentimientos. He sido esa persona que esperaba tras una pantalla una contestación a su declaración de amor, y he sido ese gilipollas que no supo que se habia cerrado su puerta aunque le hablaran por la escotilla. He sido ese personaje que se hacia el tonto para disfrutar dos segundos más de una situación que no dabas más de si, y ese humano que lloró por perder lo que amaba, aunque después supiera levantar la cabeza y dejar el pasado atrás. He sido testigo de escenas románticas que se daban en mi cabeza y que bajaban directas al corazón destrozándolo todo a su paso. He sido aquel que sonrió al que le hacia una broma de mal gusto para no darle la satisfacción de haberme fastidiado. He querido ser aquel con capacidad de estar en muchos sitios aunque solo quisiera estar en uno cada momento y he sido el que ha vivido según su conciencia.
Luisja Naya