martes, 22 de enero de 2013

Camille y el Almuerzo de Remeros


INTRODUCCIÓN

Almuerzo de Remeros es un cuadro de Pierre-Auguste Renoir, el famoso pintor impresionista del siglo XIX. El cuadro muestra un grupo de amigos reunidos en una terraza de la Maison Fournaise. La luz es un elemento muy característico en el cuadro. Esta pintura tuvo gran importancia en la película “El fabuloso destino de Amélie Poulain”. Este cuento esta dedicado a la mujer que está con la copa en el cuadro. Aquella muchacha misteriosa.
LA MUJER DE LA COPA
Camille es una mujer con encanto. Tiene el rostro como el de una muñeca, cuando un hombre lo acaricia, siente su fragilidad. Lo trata con cuidado, con miedo a que vaya a romperse. Un rostro blanco, pero con cierto colorido. Tiene el pelo corto y de color castaño. No es una joven que atraiga a todos los hombres, es más, a veces pasa desapercibida. Un hombre cualquiera no repara en ella, salvo que muestre su sonrisa, la pequeña sonrisa de Camille. Tiene una especie de encanto que la distingue de las demás. 
Camille se levanta de la cama sin un hombre al que amar. No ha encontrado a alguien al que haya amado hasta que se le cale en los huesos, un amor que deje cenizas en los labios. Se acicala y se viste con un vestido azul y blanco veraniego. Viste su precioso cuerpo joven y lozano. Se pone su pulsera de plata. El brazalete era de su madre. Su madre era una mujer hermosa y menuda. Esa esclava argenta le traía recuerdos de su infancia, aquellas caminatas por los campos de vid con Nino, con quien se dio el primer beso.  
Se pone un sombrero de ala ancha marrón de paja con una flor roja. Sale a la calle. El sol está brillando. Camille se sube a un carro de caballos para ir a la Maison Fournaise, sobre el río Sena. Pierre le ha invitado a venir. Estarán todos. Algunos emparejados o coqueteando con uno o con otra, todos menos Camille. Camille está enamorada de uno que no esta allí y al que todavía no conoce, esa promesa de la vida, el misterio profundo.
Los árboles son verdes, amarillos y marrones. El azul Sena se llena de barcas y barcos. El sol sigue con ese brillo veraniego y juguetón. En la terraza ve a Pierre. Pierre es un hombre atractivo, no solo por su apariencia física, sino por su espíritu de artista libre. 
  • Bon Jour Madáme Camille. Comment êtes-vous?
  • Bon Jour Pierre. Bon, et vous?
El artista responde amablemente con una sonrisa y le invita a una copa de vino de Borgoña y tomar un almuerzo de frutas. Se sienta en una mesa donde hay dos hombres que hablan con la mujer del sombrero estival con la cinta azul. La joven viste un vestido blanco y rojo. Otros dos hombres hablan con una fémina de pelo castaño oscuro. La muchacha se pasa la mano por el pelo, como hacen todas cuando están coqueteando. Otro habla con la mujer de la boina blanca y azul. Todas las personas visten colores alegres y estivales. Las personas parecen felices reunidas. Por último está una mujer hermosa y con el pelo largo. Un pelo rubio y castaño. Tiene unos labios bonitos. Un vestido azul, blanco y rojo, y un sombrero con cinta blanca y flores. La joven sujeta un pequeño perro. La muchacha preciosa, Aline Charigot, observa a Pierre. Últimamente, Pierre la observaba ensimismado. Le parecía una belleza y tenía una gran personalidad. Aquel almuerzo lleno de alegría en una mañana veraniega y con el sol jugando. Y los remeros en el Sena.
Y Camille mirando al horizonte. Piensa que algún día le encontrará. Solo hay que esperar a que, por milagroso azar, llegue. Camille no le ha conocido. 

¿Entonces, dónde estabas? 
¿Entre qué gentes? 
¿Diciendo qué palabras? 
¿Por qué se me vendrá todo el amor de golpe 
cuando me siento triste, y te siento lejana?
(PABLO NERUDA)

Pablo Esteban Keogh





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