domingo, 14 de julio de 2013

Y aquí lo tienes

Siempre escribo con música de fondo, o gritos, o silencios. El caso, siempre escribo. Ya sea en un papel, con un boli; en el ordenador, con las teclas; en tu cuello, con los dientes.

¿Cuantos corazones de carmín se han borrado entre lágrimas en los espejos de los baños?
¿Qué decir de las manos que se agarran al cruzar la calle?
¿O los abrazos que me dabas al coger el metro?

Harto de tanta indiferencia solo quiero volver a tí. Que me digas que eres solo mía. Hacerte el amor y que me quieras como te quiero yo. Y joder, que si algo se rompe es mejor arreglarlo que tirarlo. Aprendamos algo de nuestros abuelos. El amor no son solo buenos ratos, pero contigo todo eran ratos buenos.

Y llorar, y reir, y cantar. Tocar allí, tocarte acá. Beber en Madrid, fumar en mi casa. Responder como un cabo cuando me dices que si te quiero cabreada, y yo respondo: SI, SEÑOR.

Hacía mucho que no escribía, y esto solo es narrar lo que siento. Prefiero que me llames imbécil mil veces y me beses que sonrías tímida al verme pasar y no te atrevas a dirigirme la palabra. Vuelve.

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