jueves, 15 de noviembre de 2012

La última calada.

Que manera de desaparecernos, de dejar un día de ser nosotros para volver a ser un tú y un yo. Que desaparezca ese recuerdo mutuo y esas canciones, recordatorios de dolor. Recuerda lo que nos dijimos, no volveremos a decir nada igual a nadie. Lo nuestro ha sido una plaga exterminada desde fuera, mira hacia atrás y echa de menos esos momentos en los que no importaba nada más que la sonrisa mutua. Y ahora mira al frente y contempla la bifurcación de nuestros caminos, están presentes tu mapa y el mío escritos a lápiz. Y ahora grita, grita por eso que deja de ser, grita por eso que pierdes, grita por eso que no tienes. Y ahora olvida, olvida para parecer indiferente, para no haber sido más que dos extraños. Golpea fuerte el tiempo que se escapó y agárrate al primer clavo ardiente que encuentres para no caer. Tómate un refresco acompañado de la última calada a esta historia ya esfumada.
Luis Javier Naya.

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