smokers die younger
Te empecé a dar caladas lentamente,
y hasta te hacías humo.
Te dejé llegar hasta mis labios, consumiéndote.
Y te agarraba fuerte.
Eras la número veinte,
y la última.
Y la primera que me había quitado el mono de mas.
Fumarse, el mismo cigarrillo, por el resto de mis días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario