miércoles, 18 de septiembre de 2013

BOHE

DÍA 1
  
Imagínate volar. Romper fronteras con un simple batir de alas. Ser libre. Buff… Libre…
              
             Tengo un objetivo: no atarme con objetivos. Ser un “supertramp”. Llegar a un nirvana sin nada que me ate físicamente. Dejarme guiar por mis sentimientos y mi música. No cortarme el pelo ni perfilarme la barba. Romper los “a lo mejor”.

Cuando me imagino sentado en una silla incómoda, frente a un ordenador, estresado, y una mesa de caoba como jaula, me agobio.  La corbata que te aprieta el cuello y el pelo bien arreglado. Un traje negro y unos caros zapatos de cuero, a juego con el cinturón, el maletín y la correa del reloj, que es de oro.
            
            Todo esto sirve para llegar a casa y odiar al jefe, y al compañero, y a tu mujer, que no está tan buena como la secretaria nueva. Que mientras una se da la vuelta en la cama para no hablar contigo, la otra te pone ojitos tras la cristalera del despacho. Pues que pena…
              
              ¿No sería mejor dormir tranquilo, sin alarmas, todos los días del año? Vivir de la tierra, sin fábricas de por medio. Es imposible, pero es bonito. Qué pena…
              
              Que el amor no se base en minifaldas y gimnasios. En copas y maquillajes caros. Que lo más bonito que exista sean dos ojos verdes mirando un mar azul, o dos azules, mirando el bosque, verde. O negros, O marrones, coño. Da igual el color cuando miran de verdad. Unos estudios más pensados para el alma y la mente, y no para el bolsillo. Que la meta de una persona sea ser feliz, pero de verdad, sin importar el dinero. Es imposible, pero es bonito…
               
              Sería muy hippie trabajar vendiendo libros, o música. Vender mi fruta o mis collares. Ahorrar para vivir, y no parar tener una sonrisa de oro. Ser un cuero, o un caucho. Ser feliz.


Es imposible, pero es bonito pensarlo.

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