miércoles, 8 de agosto de 2012

Poesía es...

Se derrama una lágrima sobre mi mejilla, no es la primera ni la última de esta noche. En su diminuto tamaño es capaz de albergar todos y cada uno de nuestros besos, abrazos y caricias.

-Vine aquí con la intención de olvidarme de alguien, y ahora haces lo imposible para que sea de tí de quien me tenga que olvidar.

Ahora, con la luna como único escenario, y este bolígrafo como compañero, me arrepiento. Me arrepiento de no haber gritado a los cuatro vientos que le quiero, que le quise desde el día que por primera vez su mirada se cruzo con la mía.

-Pequeña, no cogiste el mensaje, pretendo hacer historia en tu vida para que, al contrario de lo que tu dices, jamás me olvides. Y se equivocan cuando insinúan que la poesía esta muerta, y son sólo palabras. Poesía eran sus manos en mis caderas, su sonrisa en mis labios. Poesía era su boca dejando huella en mi cuello. Poesía eramos nosotros, en conjunto, en perfecta sintonía, deteniendo el tiempo con cada una de nuestras miradas sinceras, sencillas. Y como sus labios ese día susurraron en mi oído, olvidarle sería como pedirle al sol que no permitiera a la luna brillar cada noche.

Como esta noche, que es la única que me proporciona soledad. Esa soledad necesaria para encontrarte a tí mismo cuando estás perdido, en vez de ahogar los recuerdos en la botella de alcohol para luego revivirlos horas más tarde, y que sea peor. Al menos al escribir estas líneas no acabaré con resaca, es suficiente hacerlo con el dolor en el corazón.
Un cachito de mí, 

Almudena.


ALMUDENA DE PEDRO

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