lunes, 23 de julio de 2012

Te quiero, de mentira

Mar. Dos de la tarde. Ella, arena y yo. Mi mano encima de la suya y nuestras caras a un palmo.
- ¿No llueve sabes?
- ¿Y?
- Pues quítate la capucha.
- Y tú las gafas.
- Pero si sol si hace...
- Pero prefiero ver tus ojos.
Nuestras bocas se iban acercando. Su aliento y el mío pasaron a ser solo uno y los labios se fundían bajo el calor de los besos. Mi mano recorría su nuca y la suya mi costado. El ruido de las olas eran la perfecta banda sonora.
- ¿Y si nos ve alguien?
- Que nos haga una foto, que nunca quiero olvidar este momento.
- Te quiero
- ¿De verdad?
- No, de mentira.

Otro beso. Este mas largo y mas apasionado. Sus párpados estaban cerrados. Los mios se abrian de vez en cuando para mirar su cara.

- Venga vamos que nos vamos a perder.
- Tranquila, me conozco este pueblo.
- A que nos perdemos, ¿Que te apuestas?
- Un beso.
- Eso no vale, por que no pierdes nada.
- Entonces me apuesto dos.

La calle parecía no tener fin, y estaba empezando a llover. Le pase el brazo por encima y pregunté:
- Alguna vez te han besado bajo la lluvia?
- No...
No la dejé terminar. Mis brazos rodeaban sus caderas y mis labios sus labios. Eramos solo uno. Un par de ancianas no nos quitaban ojo. No se si bajo sus miradas se escondía un sentimiento de desprecio por la juventud, o de añoranza de ella. Tampoco me importaba mucho.
Tenía cosas mas importantes a las que estar atento. 


Alejandro Perez Marcos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario